El comercio internacional se convulsionará  ante la desglobalización: Nearshoring para América Latina

“A río revuelto, ganancia de pescadores.”

No es novedad, leer y escuchar los proyectos de inversiones para ciertos comodities industriales y tecnológicos en Europa y Norteamérica. Como lo reveló la presidenta de la comisión europea a inicios de este año, el pasado 8 de Febrero, el objetivo es muy claro: minimizar o eliminar la proveeduría oriental y de manera específica la de China, llevándonos a una reestructuración de la cadena de suministros a nivel mundial.

Esta nueva estructura será un gran desafío en donde las previsiones a futuro serán inciertas a corto y mediano plazo, y es que sus consecuencias multiplicarán la complejidad de los tiempos históricos que se viven actualmente.

Una globalización gestada desde la década de los 80’s del siglo pasado en donde la eficiencia económica logró consolidar proyectos de magnitud global en tiempos record. En este proceso mundial la transferencia de alto valor no fue excluida, ya sea voluntaria o involuntariamente por las multinacionales, y se fue dando una desintegración del conocimiento tácito en los países desarrollados de las factorías trasladadas, con beneficio de manera más relevante en los países asiáticos (no sucedió lo mismo en Latinoamérica). Sin embargo, para tener un mejor panorama a nuestros eventos actuales y futuros debemos entender – ¿Qué se gestó mundialmente en estas últimas 4 décadas? -.

Un vistazo histórico

El impulso sin reparo que Thatcher y Regan dieron a la economía de mercado (en inicios de la década de los 80’s) en comparsa tanto en una globalización financiera como comercial y ante los beneficios económicos con índices atractivos de crecimiento obtenidos en cortos plazos, fue imparable y contundente. Ofuscó a los países ricos y sus multinacionales ante cualquier postura de mesura al proceso de la globalización. “Como el polvo que levanta la caída de un muro y limita la visión, así fue otro elemento más a esta ceguera, la caída del muro de Berlín y la desintegración de la Unión Soviética. -Los países ricos habían ganado la guerra fría- “, no había algo que objetar, el camino trazado ya estaba en marcha a nivel mundial. El éxito en la estratagema política de los Estados Unidos al tener a China no aliada de la Unión Soviética, en su estatus de nación más favorecida, a la vista de occidente siendo la maquiladora del mundo, iba en comparsa con estos resultado del principio del capitalismo y las “democracias” occidentales.

Continuando en el vistazo histórico, en una regresión, al tomar una selfie, los tres polos económicos mundiales estaban liderados por países ganadores y aliados de la guerra fría; Estados Unidos de América, Alemania (Unificada) y Japón, – ¿Qué podría marchar mal? -. El PIB mundial año con año registró récords de crecimientos. Abonando en otro indicador que 1,300 millones de personas en el mundo habían salido de la pobreza.

Los países identificados como economías emergentes que se integraron a la globalización con una estrategia a mediano y largo plazo lograron consolidarse dentro de las gestiones de nuevas cadenas de suministros con los costos bajos iniciales y con calidad más constante en sus bienes producidos. Aprovechando al máximo la recepción de información técnica e industrial a la par en el desarrollo de su
recurso humano en ingenieros e investigadores. Llevando a la postre a un aprendizaje y consolidación de la experiencia en las mismas líneas de producción, con inherencia a la transferencia del “saber hacer”, “del saber desarrollar” a países como; Singapur, China o Malasia, en concordancia con un logro exitoso en su capacidad logística.

Se vio el resultado de unas especializaciones por regiones y la sofisticación de cadenas de suministros global con los mínimos de inventarios en las Industrias, la dinámica consolidada no sufrió erosión, aun con la guerra arancelaria que implementó la administración Trump. El éxito de la Globalización superó la prueba, continuando con una dinámica de crecimiento.

Circunstancias a prueba de globalización

Como profecía no anunciada, llegó una prueba inimaginable: una pandemia que originó congelamiento a la cadena de suministros y desabasto a comodities muy relevantes para las grandes multinacionales. Este fenómeno puso a prueba a naciones enteras a confinamientos con sus consecuencias socioeconómicas muy tangibles a corto plazo como la disminución del ingreso a millones de personas. Seguidos de factores que determinaron el inicio de la inflación; después de los confinamientos, se realizaron reaperturas apresuradas de países a su actividad cotidiana sin programación o proyección, tensando hasta su rompimiento lo poco que queda de los flujos de las cadenas de suministro y la existencia de liquidez, de manera específica en la economía más importante del mundo, debido a los estímulos como parte del rescate económico ante la crisis provocada por la pandemia. En donde se superaron los 5 billones de dólares, entre los tres paquetes oficiales y los plus up del rescate por parte del gobierno de los Estados Unidos.

Todo lo anterior, como se comentó, proyecto a una inflación mundial en donde la FED y los Bancos Centrales expresaban que existían las condiciones para que no se saliera de control. Faltaba la cereza al pastel: La crisis en Ucrania. Y al día de hoy la ya anunciada agenda del G7, nos reafirma cualitativa y cuantitativamente la desglobalización.

La erosión en las capacidades de los países ricos en sus cadenas de suministros para un repliegue a corto plazo en la desglobalización se vislumbra casi imposible. Las circunstancias actuales continúan abonando obstáculos; políticos, económicos y sociales. Con la reducción del suministro de gas natural proveniente de Rusia al motor económico europeo. Lo que puede percibirse en el horizonte se vuelve claro; estanflación, hambruna y la eliminación sin reparo de las incorporaciones de las energías limpias que la naturaleza pasará factura en un futuro inmediato. “A río revuelto, ganancia de pescadores.”

Nearshoring
Sector exportador mexicano

Este refrán de la Vox Populi, lo escuché por primera vez de mi abuelo materno. El nearshoring, el acercamiento de la producción a los mercados finales que pretende realizar Estados Unidos tan breve sea posible, será otra oportunidad para América Latina. América latina y de manera particular, México están en la posición y condición idónea para lograr salir ganadores ante todos los acontecimientos mundiales actuales. Nuestro Comercio Exterior, nuestro Sector Exportador, sin intervención oficial tendrá un boom y como se vio en algunos países asiáticos, existe la posibilidad en desarrollar una industria nacional y consolidar la existente, con carácter mundial que puede gestar una industrialización nacional. Ahora bien, evaluaremos los elementos a considerar en la Desglobalización que serán traducidos en beneficio para México, pero antes veremos en donde estamos hoy en día.

Situación Actual

El sector productivo de Alemania (que es a su vez el motor productivo europeo,) está muy cerca de trabajar en niveles de subsistencia, esto debido a la escasez en el abasto de gas en Europa. Es evidente que el gas es un energético fundamental para la industria europea. No importando la forma en que esta industria realice un cambio de proveeduría, dadas las opciones actuales es un hecho que se incrementará el precio del gas, con ello se prevé un futuro poco alentador para el nivel competitivo de la industria alemana.

Esta situación tendrá repercusiones sin previsiones precisas a los proyectos como a reconstruir su capacidad de fabricación, como ejemplo podemos mencionar el ambicioso plan de semiconductores de la UE de 43.000 millones de euros (45.500 millones de dólares), entre otros. Este golpe a la industria alemana (si se llegara a dar) repercutirá en toda la Unión Europea, máxime los grandes niveles de endeudamiento en que se encuentran socios de esta unión tan relevantes como Italia o España.

Ahora vamos con datos de proyecciones que el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) presenta para América latina en números. El BID proyecta dentro de la restauración en las Cadenas de Suministros $ 78,000 (en millones USD), adicionales a las exportaciones que se pudieran generar en Latinoamérica, si se logra captar solo el 10% de los suministros que hoy Importa Estados Unidos de China. Condición para México. Dentro de esta proyección, las particularidades de los comodities y su industria productiva que estaría proyectadas en el nearshoring, sin hacer grandes esfuerzo, captaría alrededor del 45%, traduciendo en números adicionales a la balanza comercial en exportación sería de un poco más de $ 35,000 (millones de USD).

La estructura en los procesos de transferencias dentro de territorio mexicano de bienes básico e intermedios, hasta los complejos como en la Industria Terminal Automotriz, ha logrado ir consolidando experiencia desde finales del siglo pasado y hasta la fecha. Que se vuelve de vital importancia el rol que las Empresas IMMEX han logrado integrar en estas transferencias a Proveedores Nacionales, así como el intercambio tan dinámico entre estas IMMEX y otras empresas con diferentes esquemas o programas.

Aun sin un esquema Nacional de integración de todos los sectores y actores, México se encuentra en una posición y condición excepcional para ser muy atractivo para el Nearshoring, así como las consecuencias de la Desglobalizacion. Esto sería el efecto positivo, sin embargo, tendremos que exponer también el efecto negativo, pero terminaremos del enfoque a nuestro comercio exterior y el plantel actual de las empresas exportadoras.

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